Dentro de aquella cueva me encontraba yo, en una esquina viendo como la oscuridad me comía poco a poco. Me percaté de que a mi izquierda tenía mi móvil sin cobertura pero podia usar la linterna del mismo. Cuando la encendí la cueva tenía un aura brillante, se podría decir que misterioso e incluso también acogedor de alguna manera. Decidí levantarme, explorar aquella que me estaba dandl tanta curiosidad. Iba andando y apreciando los pequeños minerales que se encontraban en las rocas, los animales nocturnos que la habitaban. En ese momento una sombra apareció de la nada, un gran lobo blanco tenía los ojos clavados en mí. Se acercó y comenzó olerme, a tocarme e incluso provó el sabor de mi carne con la lengua, pero solo eso, luego pasó y siguió su camino y, lo más raro, es que yo no sentí miedo. De pronto ví una luz que mostraba la salida de aquel lugar. Sentí como si ese lobo me hubiera juzagado y decidido si debia salir o no de la cueva, elijió la primera opción supongo.Intentando salir...